erté con el sonido de risas in
me latió
rli
ma de un salto y co
uatro años, corriendo por el cé
o esta
o, estaban Doña Elena y una jov
es la
la. Is
abía traído a la cas
antemente a las fotos de Ana qu
s tres juntos, como
bservándolos desde una v
arganta, pero lo ignoré.
mente. Cuando llegué al j
l frialdad. Isabella sonrió con u
iró con sus grandes ojos,
je, abriendo los brazos p
traña, casi co
d
buela, lueg
dije, tratando de mantener la sonrisa en mi
paso h
paso hac
dijo en
detuvo por
?" su
repitió, más
nces,
corrió h
aferró a su pierna y esc
onriéndome por encima de su cab
suelo desaparecie
opio
e estaba
extraña que se par
ena de una satisfacción cruel. "Los n
ude
in mirar a nadie,
ré la puerta con llave y
lencio de mi cua
hijo que me h
años de humill
ue me había convertido, soportando
ro el dolor se convirtió en
aca
más que me ata
una pequeña maleta, la misma con la que habí
r de vestidos, mis libros, las pocas
asomé a la venta
ón de las gardenias que yo misma
esmero, con la tonta idea de que si ellas florecí
cos me parecían un reco
s," s
a las
s a