ombres para asegurar el paso de Laredo. Hombres que murieron creyendo que luchaban por un futuro estable, un futuro garantizado por la u
za en alto. Cada palabra de Don Fernando era una rei
rá por nosotros. Y tendrá razón. Perderé todo el respeto, toda la credibilidad que he construido durante cincuenta años. Nuestros otros aliados no
un gesto de infinita fatiga. No era el cansan
s terribles para darte un trono, para que tú no tuvieras
marse en su mente. Una solución tan drást
abras parecieron solidificarse en el aire. "No tienes el j
e suavizó, reemplazada por un prof
ha deshonrado. Tu familia ha sido insultada. Pero la ofensa no quedará
do que el peso de sus
ción. Juntos, encontraremos un nuevo heredero, uno digno de
torcido de la mafia, tenía una lógica impecable.
llenaron de lágrimas. Pero no eran de tristeza,
a de un rey, sino en la lealtad de mi sangre. Mi padre lo entenderá. No permitiré que mi desgracia personal manche
esta escena con una mezcla de incr
re has querido el poder! ¡Pero no lo tendrás! ¡La Luna es cien veces la mujer que tú eres! ¡El
los ojos. Ya habí
. "Sáquenlo de mi vista. Llévenlo a
o pueden tocarme!
egundo. La costumbre, la jerarquía, todavía pesaba en s
todo lo que Don Fer
te a los ojos de su hijo, pronunció la sentencia. "Ya no eres el heredero. Ya no eres mi hijo. Para mí, estás muert