ados de mi propio corazón, hoy era mi décimo aniversario con Miguel, el hombre que me lo había quitado todo. Lo vi al
si fueran los protagonistas de l
ión de todos, su voz, siempre tan segura,
o compartir con ustedes
uedé helada en mi sitio, sintiendo un frío que
o vamos a te
aron a Isabel con una alegría que nunca me habían mostrado a mí, su sonris
aire se volvió pesado, difícil de respirar, di
rrepentimiento, solo una fría autoridad, caminó hacia mí, apartando a la gente como s
o una orden. "Ya escuchaste, Isabel está embarazada,
la humillación era tan
ando una lista de tareas. "Recoge tus cosas y vete d
ta, una risa cruel qu
s socios más importantes de mi padre, se presentó como el salvador, se casaría conmigo a cambio de resca
de Miguel y su familia, me recordaban constantemente que yo no era más que una carga, una pieza comprada para salvar un negocio, mi cuerpo y
e Miguel me trajo de vuelt
ra reaccionar, me agarr
olviéndose más demandante. "
o collar de plata que nunca me quitaba, el últi
ra apenas salió de mi gar
eldad. "Y tú ya no eres parte de esta familia,
na máscara de ira, la misma que había visto tantas veces, la misma qu
un conductor ebrio se pasó un alto y nos embistió, el impacto me dejó semiinconsciente, sangrando por una herida en la
cuesta una fortuna! ¡A ella no le p
ísica, ahora, viendo su mano extendida, exigiendo lo último que me dab
o, la madre de Miguel se acercó, su r
, el hijo de Miguel... nuestro nieto... tiene un tipo de sangre muy raro, una enfermedad
e, sus ojos frío
re, lo sabemos por tus aná
calle, todavía querían mi sangre, querían que yo, con mi salud frágil y recién salida
ntía como un objeto, una bolsa de sangre con patas,
vez con más firme
o Miguel, su voz era un gruñido
ándome hacia un coche, me resistí, pero estaba demasia
ordenó Miguel. "Saquen lo que sea nec
e forzaron a donar sangre, sentí la aguja en mi brazo, el frío d
ue fue mi cuarto, sino a una pequeña habitación en el sótano, un cu
rar atrás, pero la puerta se abrió de g
as?" preguntó Miguel,
ro mi decisión era firme. "Ya tienes
a, te equivocas, todavía te
eto de su bolsillo, era un
s en los amuletos de protección, especialmente para los recién naci
, su mirada era la
ás tu propia sangre, la suficiente para que fu
, sino porque vi una oport
Pero después, me dejarás ir, me darás los papeles
nrisa torcida y malév
de sangre que vertía sobre ese maldito amuleto, cuando finalme
, cumplí mi parte del t
fluencia de los Velasco, cuando por fin me dieron el alta, se
de Miguel me estaban esperando, me tomaron por la fuerza y me
guel había tirado, lo encendí y vi las fotos, fotos de Miguel e Isabel
do el dolor, toda la humillación, toda la ira, se condensaron en una sola certeza: mi relación con Miguel
, no era un acuerdo de divorcio, era un documento para anular nuestro
trazo de la pluma era un
ano, caminé hacia la salida,
el e Isabel me esperaban
Miguel, su voz sonaba des
e mí," respondí, mostrándole el
pistola de su bolso. "¡No te irás a
istola se disparó, un dolor agudo y quemante explotó en mi
go con pánico, me dieron por muerta, susur
tímetro hacia el punto de encuentro que había acordado con la única persona que me había
ontró, me salvó, me cui
ida, me enfoqué en sanar, en redescubrirme, y en el proces
sabel, al descubrir que estaba viva, intentaron recu
ue ellos conocieron estaba muerta, ente
los y la locura, intentó ase
de mi vida para siempre, me casé con Ricardo, el hombre que me enseñó lo que es el v
historia de cómo rompí las cadenas de un pasado tóxico para con