perio culinario, creía que su novia Sof
ausencias por "juntas de negocios" o
descubrió. A ella, con mi primo Miguel, en m
laneaban cómo despojarme de mis re
irviéndose de mi tequila, "Necesitamos vender la
ella, con fastidio, "Sigue apegado
otal, pero Sofía rápidamente se
ue llegas, Miguel y yo
endo" , la interrumpí, mi voz helada
ía lanzó su última y más cruel jugada
un mareo me invadió. La m
ió y sentí una presión fría y aguda. Uno de m
abía horror, solo mole
. No había amor ni preocupación, solo la incon
decisión floreció, clara y afilad
sta vez, pa