fía más cosas de las que u
negocios" hasta tarde, y luego vi en las redes sociales de mi primo Miguel una f
de los sabores de mi cocina, porque de repente le surgió una "oportunidad de modelaje" en Cancún, un viaje del que regresó con un b
mí, a Ricardo "Rico" Mendoza, el heredero del imperio culinario Mendoza. Y yo, como un tonto, le creía. Porque
he, el perdón
eados de los libros de gastronomía que eran mi santuario. No se estaban escondiend
reserva personal. "Piensa con el corazón, no con la cabeza. Necesitamos ve
su voz llena de fastidio. "Sigue apega
casi deja caer el vaso. Sofía se recompuso al instante
e a mí. "Qué bueno que lleg
terrumpí, mi voz más fría de lo que jamás la ha
iempre. "Primo, no es lo que parece. Sol
mes primo,
que se había acabado, que recogiera sus cosas y se largara. Fue entonces cuando su r
, sus ojos brillando con pánico.
edé h
Be
tre plano. "Estoy embarazada.
buscando alguna señal, pero él solo miraba el suelo. La manipulació
enir el golpe. Sentí una presión fría y aguda en mi costado, justo
n Santoku que me regaló mi padre, sobresaliendo de mi camisa.
tó Sofía, pero no había hor
en la alfombra persa, levanté la vista y los miré. Él, con el pánico de un cobarde. Ella, con el cálculo frío de alguien que v
hogaba, una decisión floreció en mi mente, tan
aca
z, para