e senté frente a la computad
ntraseña, pero esa también
hizo sonreí
con una rapidez que me
, a las cuentas bancarias, a las sociedades
y nombres, pero la libreta
mi
en los registros
contr
ardo era demasiad
a "la casa de la sierra"
ropiedades a nomb
repartidas po
llamó mi
s de la ciudad, en una
onaba un invernadero
ng
dirección
ban una mansión moderna, aislad
scondite
erlo con mis
al g
de autos de lujo q
ba el auto que yo usaba para mis "diligencias
perf
na hora, siguiendo las
fresco a medida que
mino privado con una impon
mbres con el mismo aspecto duro
día e
caminé por el bosque, buscando un punto desde
era que me daba una vista p
onces
mi
n una terraza, l
l tipo de belleza serena
ncillo, y su cabello oscuro ca
a... e
li
ña mesa, había un jarró
do bajo el sol, llevaba
l collar a
había regalado uno idé
e dijo que lo había enviado a limpia
brazalete mucho m
ente
r nunca
transferido a su
ía en las fiestas, no era más
ara mantener
ila durante c
go que leía en su libro, disfrutar d
sistir a cenas con
s de Ricardo, hombres con miradas
con el miedo cons
enía l
ía el
enía e
ía la
, los vestidos, los viajes..
ara el papel de "
n cambio, eran personale
los de un hom
só, un dolor s
que, con la tierra húmeda ma
ujer estúpida
os cinco añ
amor que nu
las lágrimas no
ando tras de sí
y cruel que fuera
había
abía es
la certeza de
impié la cara y
convertido en una res
os siguieran viviendo su
víctima de su
ibir mi pr
l, yo era la