líder del cartel, el aire estaba envenenado. Durante un viaje para asegurar un nuevo cargamento de
o de "amo
aba tener intimidad con una mujer antes del amanecer, de l
estaba consumido por la fiebre, su cuerpo se retorcía en las sábana
dían hacer nada, era una cue
corrió co
e me venía abajo. Lo amaba con una devoción que rayaba en la locura, un amor que me ha
s veces, corrí
lo h
pero mi decis
ré su
ima y respeto. Sabían de mis sentimientos. Sa
ardiendo, me entregué a él. No hubo ternura, solo la desesperación de un hombre luc
enas se asomaba por la ventana c
mpió en la habitación, con el rostro ba
ejan
voz era
! ¡Voy a ser la decimotercera e
al suelo,
ncanta comerse los cerebros de sus esposas para curarse!
miró a mí, envuelta en las sábanas, y luego a Isabella, que
con voz grave. "Ya
a, su mirada
inas. Solo puedo tener una e
levaba un vestido que costó una fortuna, pero me sentía como una prisionera cam
enzó la ceremonia, un grito a
pendía el cuerpo de Isabella. Se h
ó de todos, pero Al
nó con una calma escalo
obre la sombr
ra pesadilla ap
arrera de caballos salvajes en los terrenos de la hac
ces estaban listos, me arras
nunca antes había visto. "Si no te hubieras metido para curarme,
labras, ató las riendas de una docen
aré pe
ran. Fui arrastrada por kilómetros, mi cuerpo golpeando contra la tierra y las rocas. El
to fue de absoluta
s, la o
ego,
l sol de la tarde entraba por la ventana.
llo. Los hombres de Alejandro
o en la sierra. ¡Necesi
gre se
ía regresado al día
bría sacrificio
ven
corriendo a una velocidad vertig
s miradas confusas de los sirvientes. Sab
rosas, como si nada pasara. La tomé del br
conmigo. Alejan
de Alejandro, sus gritos de dolo
é hacia
voz era hielo. "Y yo, yo seré la
que saqué de mi bolsillo. Era una c
boleto para escapa
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