partamento que habíamos construido juntos. Cada objeto parecía burlarse de mí. La foto de nues
a contaminado, manchado por su engaño. Me senté en el sofá y me quedé mirando la foto, tratando de encontrar una se
or qué? ¿Qué había hecho mal? ¿Era la edad? ¿Me había vuelto aburrida? ¿Predecible? Y luego, la
s de moda o eventos de la farándula. Su círculo era pequeño y cerrado. Te
" que se alargaban hasta la madrugada. Los "viajes de negocios" de fin de semana. Las vec
faltaba la imagen completa. Necesitaba un rostro, un contexto. La chica del perfil de In
nos seis meses. Una noche de viernes. Ricardo había tenido un altercado en un bar, una estúpida pel
peraba a que lo liberaran. Recordé su mal humor, su mirada cargad
ocado. La imagen era nítida ahora. Una chica joven,
as intervenido...". Él la cortó en seco, con una brusquedad que me sorprendió. "Ya, ya, no fue nada. Vete a tu casa", le
ar mi sospecha. Abrí de nuevo el perfil de "Cami Bebé". Deslicé sus fotos, una tras otra, buscando algo, cualquier cosa.
una coincidencia. La chica a la que él había "ayudado" de forma tan brusca, la chica a la que había trata
bía sido una mentira construida sobre una supuesta heroicidad. La rabia me consumió, p