él siempre encontraba la manera de calmarme con promesas que sonaban a eternidad. Me decía que la edad era solo un número, que m
ba convirtiendo en el mar embravecido que me ahogaría. La traición no llegó de golpe, fue un got
a, y el sonido del agua corriendo era el único ruido que rompía la quietud. Su teléfono, olvid
lemente observé cómo la pantalla se apagaba sola tras unos segundos. Pero la semilla de
jeno, tomé su teléfono. Mis manos temblaban ligeramente mientras introducía la contraseñ
un chat fijado en la parte superior llamó mi atención. El
a fresca y provocadora, una de esas modelos que ves en Instagr
, "anoche fue increíble". Y fotos, muchas fotos de ella en poses sugerentes, fotos que claramente no eran
stómago. Entré a su perfil, era público. Camila, una modelo de veintip
diseñador que yo misma había considerado comprar. El pie de fot
icardo usaba para juegos en línea, decía: "Para mi reina". Pero lo que me destrozó fue encontr
simple "Para ti". Recordé vagamente una conversación con Ricardo sob
n un código para "te amo, te extraño, te quiero besar". Sentí una náusea tan intensa que tuve que ap
ocumentarlo todo. Entré a nuestra cuenta bancaria conjunta
aurantes caros, tiendas de lujo. Cada transacción era una puñalada. Saqué mi propio teléfono y e
ersación con "Cami Bebé" como no leída y dejé el teléfono exactamente donde lo había encontrado. Mi corazón est