n una serpiente venenosa. Su rostro pasó del pánic
ndo!", chilló. "¿Divorcio? ¿Cu
l, acunando a Pedrito, quien había esco
"Claro que puedo. Y lo voy a hacer. Me traicionaste, Sofía. Te aliaste con el hombre
ación y teatro, no de arrepentimiento. Se dejó
rotegerlos, Armando. A ti y a Pedrito. Hice lo que tenía que hacer para ma
íctima atrapada en una situación imposible. Pero Armando y
riéndote con él. No parecías tener miedo cuando aceptaste sus regalos caros". Le lanzó una mirada que la at
palabras. Sus sollozos se detuvieron abruptamente. Lo miró con los
a la puerta y la abrió de par en par. "Toma tus cosas, las que puedas cargar
de un hombre que había llegado a su límit
antó, tembla
char! ¡Esta tamb
ndamiento está a mi nombre. Y tú ya no ere
ofía. Él era un boxeador en ascenso, tosco pero honesto. Ella era hermosa, ambiciosa, deslumbrada por la promesa de fama y dinero. Él le había ofrecido todo lo que tenía: s
una relación con Vargas, sino que había estado usando una tarjeta de crédito suplementaria de una de las empresas de Armando para financiar su estilo de vida. Compras en boutiques de lujo, cenas en restaurantes caros, vi
abía estado utilizando, robándole sistemáticamente mientras se acostaba con un criminal. La rabia que si
e no podía empeorar, su teléfono
uen
preocupada. "Hija, Sofi me llamó llorando. Me dijo que la ech
lo dejó s
na traidora. Pregúntele por Sebastián Vargas. Pregúntel
na pelea de niños y que la pusiste en una situación horrib
había visto como una princesa incomprendida. Armando colgó
a la escuela a primera hora, acompañado por el Licenciado Morales. Su intención era pr
ales estaban estacionadas afuera. Un grupo de reporteros rodeaba a Sebastián V
estudiante, y cuando intenté resolver esto pacíficamente, el padre del niño, un hombre violento, me
venas. Vargas estaba volteando la his
ó un reportero, se
onos se giraron hacia él
u rostro una máscar
n. "Aún está a tiempo. Pídale una disculpa a mi hijo y al