evó a casa al
las escaleras, susurrando pa
i vida. Aquí te cuida
como veneno. Cada to
yo so
nía que fingir, tenía que ser la Sofía ingenua y rota qu
stra cama, rodeán
te muevas. Yo te traeré
su teléfono y comenzó a revisar sus correos, p
en la llamada, para no soltar tu mano" , dij
sonó el
un número desconoci
ueno
respondió, claramente la
el trabajo en los frenos del carro de su esposa quedó 'li
gre se
coche. Un camión que se me cruzó de repente y tuve que fr
on fuerza, su rostro una
a de número" , dijo c
fingiendo
a llama a veces. No te
ar de mi garganta. Mis manos temblaban bajo las
er que no había
d, Ricardo
traeré un vaso de leche ti
r una melodía alegre mientras prepar
n una taza
, mi amor. Bé
ostenían la taza. Olía a leche, pero había a
e estaba
eberla. Si me ne
o bajar por mi garganta. Cada trago era una r
iña buena" , dijo, a
El mundo a mi alrededor se volv
escuché hablar por teléfono de nuevo. Esta
nir. Recuerda el plan: la histerectom
una p
ciático. Quiero que quede paralítica. No quiero que vuelva a caminar, ni a
ó desde el rabillo de mi ojo
nte g
ruo! ¡
mis hijos? ¿No era suficiente con
as. Quería convertirme en una muñ
su risa malvada como úl
s profundo de mi ser, que le b