lor a desinfectante l
ión del hospital se sentían frías
to a mi cama, con una expre
. Hicimos todo lo que pudimos, p
zón se
imo aborto
e ve
e habían ido antes d
tro permaneció impasible. El dolor era tan p
corriendo a la habitación. Su rost
estás? Me enteré en cuant
i mano y la besó. Sus ojos estaban r
n profundo agotamiento. Me apoyé en él,
otro más...
s tu culpa, mi amor. Descan
uilizadora, el refugio q
so absoluto. Ricardo asentía con seriedad, haciendo preguntas
tor se fue, Ricardo m
e los trámites. No te preocupes p
de la habitación, cerra
do el vacío en mi cuerpo y en mi a
ché la voz de Ricardo. No era la voz preocupada de hace u
todo salió perfecto.
ración s
leria Solís,
neamos. El doctor Ramírez es un gen
. Un terror helado que nunca ante
ron? ¿A
o continuó, baja
aremos de que no vuelva a pasar. Odio tener que fingir
end
s hijos no naci
una solución permanente. Una histerectomía. Dijo que puede hace
a mis pulmones. Mi cuerpo e
a quitar
a siempre la posibi
a de la fortuna de Sofía vaya a parar a manos de nadie más. Pron
car
a la
s eran l
ños, mi vida entera durante diez años, el hombre al que amaba con cada
aleria Solís,
or mi garganta. Quería grit
no
en esta cama, dé
a y entró con una sonr
o, mi amor. Pronto
l demonio que se escondía detrás
lían, ahora fluían librement
de
o
promesa s
a p
rales. Val
estru
timo que hiciera e
imas y le ofrecí
rdo. No sé qué
ea de que acababa de despertar a una
llo, la del Doctor Ramírez
ay complicaciones. Asegúrate de que el anestesiólogo sepa q
do
que yo su
ra demasi
abía
za acababa