aba permanentemente al borde de un ataque de nervios. Pasaba horas mirando a Camila,
che, su voz apenas un susurro ronco. "El depósito n
, sin levantar la vista de
yo sabía que llegaría. "Es nuestra única esperanza. Don Fernan
té la
lo dije desde el principio. Este
iva lo e
so es lo que es! ¡Tu padre nunca me aceptó, y ahora
padre en esto",Qué clase de madre eres que prefiere ver a su hija sufrir
se en una agria discusión. En medio de nuestr
habitación, con los ojos muy abiertos por el miedo. Se ll
i, papi... no pu
mó. Cayó al suelo com
uro y helado, se
Oh, Dios mí
a flácido, sus ojos cerrados. Por un instante, incluso y
", gritó Ricardo, corr
la clínica privada del Dr. Morales. Ricardo iba en el asiento tr
ato. Nos quedamos en la sala de espera, bajo las luces fluor
ternidad, el Dr. Morales salió,
en el silencio. "Ese ha sido un episodio cardíaco severo. No puedo enfatizarlo lo suficiente: si no
entencia de muerte. Ricardo se cubrió la
yo no hi
zos cruzados, observando la escena con una extraña dista
nto llorar. Vio mi expresión, mi quietud, mi aparente falt
¡Nuestra hija se está muriendo, Elena! ¡Se está m
n gesto pequeño y delib
que había que hacer. N
pie y acercándose a mí. "¡Llama a tu maldito padre
te a los ojos, mi
N
edó boqu
No
dinero que yo pueda conseguir. Vendí mi propiedad. Lo qu
la cerilla que encendió el polvorín. Ricardo me miró no como a su esposa, s