comenzó su verdadero espectáculo, Miguel, con el cigarro todavía entre los dedos, empezó a h
mi padre, que apenas lo miraba, "compré unos terrenos por la s
poyaba con
para los negocios, no como otros que se conform
que trabajaba en un banco, mi hermana lo tomó de
xitoso toda su vida y ahora disfrutaba de
guel", dijo con una
, su mirada recorrió la
ita esa de cosas para bebés? ¿Sí deja para vivir o
o, lo había construido desde cero y me iba bastante bi
sequedad, "me permite pagar cenas como e
ta Lucía se quedó callada por un seg
nota que no te gusta qu
un niño de diez años que era una
ar, para que no acabes vendiendo pañal
etado, mi esposo, que usualmente era la persona más tranqui
samente baja, "mide tus palabras,
mi abuela Elena no había probado bocado, solo miraba su plato con tristeza, Don Ricard
uavizar" las cos
in ninguna vergüenza, tomó la botella de vino caro que mi padre
tensión que ella misma había creado, "¿esta villa
confundida por e
rto y yo, con mucho
e codicia en los ojos, "debe valer una fort
cena ya no se trataba de una comida gratis, sus ambicion
trabajos, nuestra vida, cada palabra era un pequeño golpe, un intento de mina
o por completo, reemplazada por una expresión de profunda decepci