convirtió en mi único compañero, una presencia física que me asfixiaba. El frío del suelo s
ionarme. Empecé a recordar. No solo a Carlos y Blanca, s
baúl antiguo. La tapa se cerró de golpe y el pestillo se atascó. Grité y golpeé hasta que mis nudillos sangraron
til, puro y primario,
Veía ojos que me observaban, figuras que se arrastrab
... Sof
r, arañando el suelo de cemento con mis uñas. La realida
sta. En esa luz, aparecieron mis padres. Mi madre, con su sonrisa amable, y mi padre, con
os. Las lágrimas corrían por mis mejillas, pero esta
madre, su voz como una caricia.
," añadió mi padre, exte
an cerca de escapar de este infierno. Es
o. La puerta de la bodega se abrió de golpe, inun
Sof
a brutal realidad. La visión de mis padres se desvaneci
me. Su rostro estaba pálido de furia. Detrás de ella, Ca
le gritó mi tía, su voz resonando en el pa
Solo le estaba dando una lección. Necesita aprender a respetar.
ordenó mi tía. "¡Ahora mismo! Y
cesitas tanto como yo te necesito. Y ella," dijo, señal
e fue, silbando una
guía perdida. Miraba un punto fijo en la pared, mi mente en blanco. El trauma me había d
nal, pude escuchar a dos empleadas del se
orita Sofía
esa mujer, la tal Blanca. Se estaban riendo. Él le dijo que la llevaría
acío de mi mente. Riendo. Se estaban riendo mientras y
ión abrumadora. Pero ahora, en ese momento, algo diferente comenzó a crecer e
ruyeran otra vez. No iba a
har
y se acercó a mí, la miré con
los Delgado. Diles que acepto. Me casaré con Ricardo D
inquebrantable en mis ojos, y esta