l que el sudor frío me des
iosa familia Torres, una impostora que había ocupado
e escaramuzas más importante de mi vi
penas del mundo, vestía ropa gastada y se presentaba ante mis padre
abía crecido en el humilde rancho de la familia García, mis padres bioló
y culpables, la acogían
agaba la alarma de mi despertador la mañana de la competencia, me daba un vaso
a. Yo, Ximena, la promesa de la charrería, caía estr
ma, se convertí
o perd
de mi caída grabada en la mente. El sueño se sentía como una
ndo el silencio de la madrugada. Era Don Ricardo. Su voz,
favor. Tenemos que habl
Sabía lo que venía. El s
una lámpara, estaban mis padres, Don Ricardo y Doña Elena, sentados en el
llos, había
ndes y llorosos que me miraron con una mezcla de miedo y resentimiento. Llev
So
voz grave, "ella es Sofía. Dic
a mano, sus ojos llenos de lágri
ligeramente, interpretando a la perfecció
ró con voz quebrada. "Solo quería conocerl
ción de mi sueño,
entí una extraña calma. El sueño me había preparado, me
un poco la compostura. "Haremos una prueb
o Sofía, asintiendo rápid
gundo, vi un destello de triunfo en ellos ant
guion del sueño,
pregunté, fingiendo una conmoción que
manos como si estuviera a punto de llorar. Era la reacción que to
mirándome de reojo, una sonrisa casi
ser muy duro para ella. Yo nunca quise esto, yo solo... crecí en un rancho muy humilde, mis... nuestr
gicos, gente honesta y trabajadora, como vill
con una culpa y una pena cada vez ma
fingiendo es
mi cuarto. Tengo la competen
a Elena, levantándose para abrazarme. Su
puerta, escuchando. Pude oír a Sofía consolando a mis p
pe
a mi puerta. La perilla giró lentamente y la puerta se abrió una rendija. S
espertador. Vi cómo su mano se extendía y, con un
confi
al. Y la guerra
mi mente trabajaba a toda velocidad. Sofía creía que yo e
e había dado un guion para derrotarla.
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