ue el sudor frío me despe
de la charrería, veía cómo m
redera" que había ocupado mi lugar, ap
de privaciones, presentándose ante mis padres adoptivos, D
os brazos abiertos, cu
ad se convirtió en un
icuado" que me provocaba un dolor terrible, y ma
ente a toda la comunidad, mientras ell
do. Mi honor
tiéndome a mil, la imagen de
una advertencia, una p
instante, el
on Ri
favor. Tenemos que habl
ón dio u
lo que
o era solo
estab
el resultado no
ventaja que e
a despe