e yo seguía en casa y las maletas estaban en un rincón,
he anterior nunca hubiera ocurrido, per
e dirigía la palabra,
taza de café contra la mesa. "¡Ya te dije que lo siento! ¿Qué m
tes, yo me habría encogido, habría pedido perdón incluso sin sabe
e mantuvo firme, inquebrantable, l
ualquier grito, esperaba una pelea
cruzamos palabra, él esperaba que yo cediera, qu
lugar, planeando mi salida, cada minuto de su silencio era
silencio con una petición que superó
stido que Isabella va a usar para la gala de esta noche tiene un pro
al de que era una broma de mal gusto, pe
tro hijo perdido, cosiera el vestido de su amante para que pudier
ero la otra parte, la parte fría y calculadora
n una calma glacial.
ro rápidamente lo tomó como una señal de qu
pago final por los años que pasamos juntos, por la ayuda que me di
a vieja deuda, después de esto,
mento, con el vestido en un portatra
er esto, eres un ángel,
aba de hablar de la gala, de lo importante que era para la ca
e su victoria en la cara, yo solo asentía y seguía
Ricardo entró
" dijo, sacando su cartera
es, como si yo fuera una simp
que sentí un vértigo, pe
icardo," dije, mi v
do el dinero en el
o, cómprate
los años de amor incondicional, las noches en vela apoyándolo, los sacrificios personales, l
perdiendo, y eso, de alguna manera, me dio l