ot
dolor, ni f
a y yo, mi conciencia, estuviera suspendida
ba de él, tirado en un charco de ag
de miembros rotos y carne desgarrada
parte de la sangre, pero no la horri
ron
clarear, tiñéndos
tró. Un recolector de basura que gri
llenó de luces parpad
paramédico
permeable oscuro abrirse
ocí de i
dre, Javi
ive fo
ería poder sentir recorr
un sentido del h
ía el encargado de
ena del crimen, su rostr
Ricardo Solís, le puso
Javier. Es
cir nada. Se agachó junt
argo rato, s
maldecir e
. Esto es una
dirigió a uno
e ni una uña. Quiero todo en bolsas de evid
ia, la voz de un profesion
mientras se quitaba los guantes. Vi s
etidos en varias bolsas negras y
espectadora silenciosa
ugar frío y estéril que ol
se paró frente a la mesa de metal
lís entró
nemos?",
una fuerza increíble. Huesos rotos, múltiples fracturas. La des
que se
re se
cero de la
e. La brutalidad, la lluvi
o a
rte de
l caso que nunca resolvió y que lo convirti
su voz era un susurro ron
do su
do, pero quizás podamos sacar algo. También había una m
nom
se qued
ró. No r
las bolsas negras soener respuesta, se
la identificación... es
la sala era pes
s palabras fueron las más crue
ya estuviera muerta
flotand
uerte, sus palabras ten
o miró, i
qué estás
ara de indiferencia. "Esa niña ha sido una carga desde que nació. Siempre causando prob
s negó con la c
estés diciendo eso
etó mi padre. "Mi único h
y comenzó a abrir
abajo de rec
o, uno por uno, y colocarlos sobre
mpecabeza
extrañamente aliviada de que mi rostro estu
mi cara. No quería
endo una víctima
, su profesionalis
erida, cada cort
ncó en algunas partes. Y esto... ¿es sal? Maldito hijo de
e quebró
n él, el ser humano en él, no podía evitar
, dijo, más para sí mismo que para Ricardo. "¿Qué te
pa
solo su
a" a la que te refieres es la misma a l
aste a su suerte en la no