s y en el bajo mundo me
dera-médico forense
s, podía dev
"El Príncipe", a quien encontré con
nvertí en su consej
ipo, dos reyes destina
moneda que se devalúa
desesperada, Ric
nuestro h
sacrificio menor para a
en una infancia perpe
cardo había prosperado, más
lágrimas, un
on voz rota por un arrepen
e mí, le creí
"Reina" del carte
a dorada, diciendo que
ojado y Sofía, la "otr
le, era la excéntrica que e
destruyó todo com
acusado de robo por
ron hasta
legó como un tr
po todo, pero
dejándome sola en
l techo: "Ese niño tonto era una vergüenza para la f
cuerpo de mi hijo a u
ofía se burlaban: "Es de t
ntí un líquido caliente en mis
ó, y un charco oscuro se
ó Blanca, mi asi
l conoc
o: "Si se perdió, se perdió. ¿Cuá
la pérdida del hijo que
aramelo que me d
Ciudad de México"
estaban los cuerpos de los tr
dos en el cumpl
ue Ricardo no conocía, s
se levantaran
tasmas irrumpiría e
lvió a la man
ó, me abrazó,
tidad de Ángel y lo enterraré en el ma
, "No es apropiado que
se vol
paren el auto, voy a ve
umpleaños, Sofía es
. Escuché que abortó hace
amor en tu incensario durante añ
o como mi hijo, naci
a charlatana con algunas habili
ión se
"Estás sentad
rta si te sientas abajo? Las reglas son r
indispuesta. Me
"¡Mi reloj de lujo todavía
cuerpo de Án
de lujo. Mi madre escuchó que la 'Reina'
s un sirvie
del Príncipe. ¿Por qué no l
sangre
o le quitaré el reloj
té el
abía
elo tragado. Intenta
ientre de
mago? Príncipe, ¡mentir puede h
Debe estar en l
No habí
robó nada
destrozado de
a a oscuras, una
siones en el c
y yo nos dirigimos al
ro. "¡Vengo a llev
n estar muertos
perdidas, atrave
olo sintieron
ía, besándola, sus o
róxima vez que nos veam
oeste con mi ejé
sirvientes, dá
toy muy bien. Es mejor que cualquie
ueblo Sol,
mbre te ha estado esp
re?". Era
tá en el depósito de cadáveres, y a Leo
o escucha
en la
de trapo, envuel
a de Ri
lismán, su vida pre
caravana. Ricardo
entró. M
o que lastimó a El
irte con otro homb
. "¡Ricardo! ¿R
del talismán.
¡Haré lo qu
arrodi
o mata, su alma quedará liga
l muñeco
rtenece. Vete y vive
uridad del bosque c
lí, con el muñeco que
as montañas, de
nte, so