bró. Era un mensaje de un número desconoci
Espero que te alcance para
y Valentina brindando con ch
que y un préstamo de sus padres, había alquilado un pequeño local en un barrio menos
. Sus primos, Toño y Luis, y su hermana, Clara, la ayudaban sin hacer preguntas
eccionadas, estaban rotas en el suelo. La plancha nueva tenía un rayón profundo y malicioso. Y su posesión más p
en la pared decía: "Los perde
ra su estilo: cobarde y cruel. Toño y Luis querían ir a buscar
. "No vamos a rebajarnos a su
desastre, llamó a Pedro. Puso su
.. soy
", respondió é
pieron todo", sollozó ella. "Mi molcajete
io al otro lad
una pizca de simpatía. "El m
mandaste a alguien", dijo Sofía,
pruebas",
sación en la cafetería. Una donde te ríes de mí, me ofreces una miseria y te comprometes a no usar mis recetas. ¿Te imaginas qué pensarían los seguidores de Valent
io ahora
menazando?",
giendo histeria. "No tengo dinero para reponer nada. Tal vez debería v
inar su rostro pálido de furia y miedo.
ra exagerada. "Para reponer mi equipo y... para el daño em
en voz baja. E
íbora", dij
ya firme. "Mándame el dinero hoy mismo, o maña
lg
de transferencia bancaria apareció
que la observaba con asombro. Una sonrisa,
"Parece que 'El Rey' acaba de financiar nuestra remodel
carcajadas y aplausos. C
! ¡Bien hecho!
. Ollas de acero inoxidable, una plancha impecable y mandó a hacer
o repartió entre su p
", les dijo. "Y es solo el comienzo. Vamo
on con una nueva admiración. Ya
final, Sofi", dijo
n su estupidez y arrogancia, le había dado las armas para su propia destrucción. El letrero para su nuevo negocio ya e