l hospital al día siguiente. Apenas podía moverme con el yeso
áctica. Se le llenaron lo
Estás herida, necesitas que te cuide
pocas pertenencias en una bolsa vieja con mi brazo
. "No seas dramática, suegra. T
dre de Miguel, una mujer chismosa y dominante que siem
dome de arriba abajo con desaprobación. "Así que es cierto. Te ca
u incumbencia," dije, in
cho, te ha aguantado tus mañas, ¿y así le pa
nsan que estás mal. Solo queremos lo mejor para ti.
rente. Usar al niño, al mismo niño por el q
iguel. "Ya tomé mi decisi
"No tan rápido, vieja. Si te vas, nos dejas con un probl
ndo de zafarme. "Les di el dine
La casa está a nombre de Miguel y mío, pero tú vives aquí. Así que, o nos firmas
había caído. Er
é, sintiendo un escalof
eció. "Entonces te quedarás aq
o, el que antes era un clóset de servicio. Caí sobre la cama, y
ta con llave
n secuestro!" grité, golpeand
su madre. "Déjala que grite. A
o y mi propia hija me habían encerrado. El espacio era diminuto, olía a humedad y a viejo. Af
aban r
e. Vivían su vida normal, mientras yo estaba prisionera a unos metros de distancia. La desesperación com
icho que Carlos estaba resentido conmigo, que no quería saber nada de mí desde que me fui a vivir con ella. Me ha
a, las lágrimas finalmente rodando por mis
do me sobresaltó. No era la llave de Miguel. Eran golpes sua
Mam
urro, pero la rec
Ca
verte. Lucía nos dijo que tuviste un acci
se me escapó. Me arra
ara pegada al cristal. "¡Estoy encer
ché la voz de su esposa, Sofía, llen
o Carlos, su voz ya no era un susur
uerte contra la puerta pri
ALDITA PUERTA AHORA
maldiciendo. Pero por encima de todo, escuchaba l
adera se astilló y la puerta d
jo de ira, y detrás de él Sofía, co
y me abrazó con cuidado
ta. "Perdóname por no haber venido ante
ledad y dolor disolverse. No estaba s