uiente, un sonido agudo y penetrante que co
a
preocupación. Mi madre se retorcía las manos, ensayando una sonrisa compasiva. Me obli
o Lópe
, sino en silencio, acompañado solo por un hombre
que no podía ocultar la fuerza de su cuerpo. Pero eran sus ojos los que dominaban la habitación. Eran de un gris frío, como el ace
oz temblorosa. "Encontramos a su esposa... bueno, creemos qu
esde el pasillo, vestida con un sencillo vestido bla
la palabra cargada de
o, ni alegría, ni reconocimiento. Solo una observación fría y analít
e alargó, pes
n paso vacilante hacia él. "No... no r
"La hemos estado cuidando. Mi hija Sofía aquí presente, que
ardo López sobre mí, intensa y penetrante. Bajé la vista, si
era profunda y resonante, sin rastro de
logré
su atenció
uvo el aliento, esperando la validación. "... es una mujer
aliviados. Creyeron qu
sola palabra congeló las sonrisas en s
bía permanecido en silencio junto a la puerta, salió y regresó un
sa para cadávere
de nuestra sala de estar c
hampán barato de la noche anterior fu
rosamente suave, "mis hombres encontraron el coche
hó y tiró de la cre
estaba
e inmóvil, con los ojos vidriosos fijos en el techo
rdadera E
único sonido en la habitación. Mi
, su perfecta imitación de Elena desmoronándos
polvo inexistente de sus pantalones y
su voz era un susurro mortal que resonó en cada r