El taxi se detuvo frente al colegio más prestigioso y caro de la ciudad, el "Instituto Cumbres", un lugar que ella había elegido para su hija, Isabella. El c
mundo: Ricardo, su prometido; Javier, su compañero de armas; y Miguel, a quien veía como un he
a de ellas, vestida con un uniforme impecable y joyas que brillaban bajo el sol, empujaba con desprecio a otra joven. La chica agredida
e hambre!" gritó la chica rica, dándole
a el abuso, en ninguna de sus formas. Se acercó con la intención de intervenir, pero
Ricardo, Jav
a de verlos se congeló en su pecho al instante. No corrier
ijo Ricardo, su ex-prometido, con una voz
ra, señaló a la otra jo
tiró el jugo encima a propósito.
uscaron desesperadamente a su hija entre la multitud, pero no la encontró. La confusión l
eal compañero, se acercó a la chica ma
icho que no molestes a Camila? ¿N
quiera miró a la chica. Solo se preocupó por li
enojes. Le diremos al d
da de culpa. Por un momento, por la fragilidad de esa chica, había pensado... No, era
na de Ricardo. Necesitaba confirmar, necesitaba calmar la horrible d
nversiones R&M'
la. "Busco al señor Ricardo. Soy una vieja amiga. Sol
a secretaria pare
echo, el señor Ricardo y sus socios están ahora mismo
i esa chica, Camila, era Isabella... entonces, ¿q
empujón a Elena, tirándola al suelo. El contenido de la mochila de Elena se despar
amila, antes de pisar la manz
undo. Rodearon a Camila con afecto y la guiaron hacia el auto de lujo, sin
desde su estómago hasta la garganta. Esos no eran los hombres que recordaba. No era
ecogía sus cosas del suelo con una dignidad rota. Y en ese instante, en el perfil de esa chica
difunto esposo. El