la Rosa y la supermodelo Isabella Vargas estaban por todas partes. Los programas de chismes,
oda y su primer amor
amor digna de un
lar era u
mente, no me sentía bien. Había estado visitando el hospital con frecuencia,
idarte" , me dijo mi a
ico amigo cercano en este mundo. Él era el ú
rés, Mateo. E
e que irás a hacerte los estu
ometo"
ada en el sofá, escuché el sonido
ón dio u
onfundible de sus mocasines ita
había
rfectamente cortado, su rostro c
oscuridad? ¿Estás b
nté len
je, forzando una sonrisa. No podía decirle
te. Su toque era cálido, familiar. Por
, su voz más suave ahora.
evó a su mejilla, fr
extrañ
dad disfrazad