acable. La calefacción del coche luchaba por mantener a raya un frío que parecía filtrarse por cada rendija
stirar las piernas. Llevamos demasiado ti
un parador, mi amor
eron a lo lejos. Era una pequeña estación de servicio, un oasis
ioneta junto a las
do, no quiero qu
el aliento. Se cubrió el rostro con la bufanda y corrió hacia el pequeño edifici
minutos. Cuando salió, el
oneta n
taba vacío. La nieve comenzaba a cubrir las huellas de los neumáticos. Se
ble. Tenía que ser una broma de mal gusto. Sacó su t
res veces. Final
te veo!" gritó ella por en
Luis, increíblemente tranquila,
ui, So
uiste? ¡No es gracioso
parador. Estoy a unos diez kiló
escuchando. El frío, el miedo y la inc
Por qué haría
o rostro. Su voz se volvió dura,
bono de fin de año. Todo. Son quinientos mil p
n, el viaje, la insistencia en seguir a pesar de la tormenta...
oco" , su
ocer a su familia, ella debe dar una 'dote' para demostrar su compromiso y su valía. Es una tradición. Tu bono será tu dote. Una vez que me lo transfieras, regresaré
abandonándola en medio de una tormenta de nieve en un lugar remoto, poni
se evaporaron, reemplazadas por una rabia pura y ardiente. Una
rompiéndose por la furia. "¡No te voy
gasolinera vaya a dejarte pasar la noche adentro. Y dudo que pase alguien por esa carretera hasta mañana por la mañ
ible, el hombre de sueños sencillos, se desvaneció para siempr
ella, con un odio que nu
co