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ofía, firme y clara. Resonó en e
dedora borró su sonrisa. Los cu
ofía, esta vez mirándolo directam
entía la mirada de Luis clavada en su espalda, una mezcla de furia y desconcierto. Sal
e deprisa, una mezcla de rabia, humillación y una extraña sensac
é pasa? Te o
ficiente para que a Sofía se le quebrara la voz. Le contó tod
do, y luego su madre habló,
iales no importan cuando hay amor de verdad, pero Luis no te quiere a ti, quiere lo que tienes
que... creo que es
ente así no se detiene. Solo
que llegó a un imponente edificio de oficinas en el corazón de Polanco. A diferencia de otras veces, no se detuvo en la ent
la vio y corrió
buenas tardes. ¿Le
n. Solo subo a la o
penthouse. Al abrirse las puertas, no la recibió una ofic
modesto departamento en la colonia Roma que compartía con él, ese era solo uno de los varios inmuebles que poseía y que le había dejado habitar para mantener las aparienci
ía, no por el imperio que tenía detrás. Y por un año, creyó que Luis era esa persona. Ahora, la cruda realidad le mostraba que él había fal
meros meses con Luis. Él tocando la guitarra para ella en un parque, sus canciones que hablaban de un amor puro y sencillo. Recordó sus promesas de un futuro juntos,
realmente le daba mucha importancia a esos gestos de opulencia. Su corazón, tonto y terco, buscaba excusas para no tirar por la borda un año de su vida. S
su teléfono vibró. E
mi familia y actué como un idiota. Eres lo más importante para mí, más que cual
llegó una notific
por $5,000.00 MXN. Re
mensaje
tenciones son buenas. Es un adelanto que me die
una táctica tan barata, tan transparente. Un pequeño hueso para calmar al perro que acababa de patear. Y, sin embargo, en su
rdad estaba