o, cruzada de brazos, observando a Sofía en el
z cantarina. "Aunque, por tu aspecto,
r de Sofía como un depredador
o que tenerme a mí después de haber estado co
ira comenzando a quemar la niebla de
es la casa de Ricardo. Y pronto, será mi casa. Tú solo eres u
a Sofía, su sonri
te amaba? Eres ingenua, aburrida. Él solo te usó por tu apellido
ofía, aunque sabía que cada
ue sus rostros quedaron a centímetros de distancia. Su voz bajó
de Sofía
"Ricardo lo supo desde el principio. El mismo día que te secuestraron
sin comprender.
a golpeen un poco. Que pierda al bastardo. Así, cuando te cases con ella, no tendrás
e inclinó sobre su
ente. No fue un
rado. Planeado. Ordenad
a de Sofía. La revelación fue tan monstruosa, tan inhumana, que le robó
a tristeza murió y
r que le había robado todo. La sorprendió, empujándola contra la
l. Elena, más fuerte y recuperada, la empujó con facilidad. Sofí
no mostraba miedo, sino una astucia perversa. De repente, se ras
cardo, ayúdame! ¡Sofía e
ánico dibujado en su rostro. Vio a Elena, con la ropa rasgada y lá
está pasando
. "Solo vine a ver cómo estaba y se volvió loca. D
furia helada. No preguntó. No
a estaba en el suelo, y la l
apestando a café y mentiras. "Después de todo lo que he
mera vez, no sintió dolo
élido y una res
e, se ech
poder. Se rio hasta que las lágrimas corrieron por sus mejillas,
como si fuera un bicho ra
en una sonrisa escalofriante. "Estoy loca. Comple
, dejando que viera el abismo q
ria de mi hijo, que vas a arrepentirte cad
rprendió y caminó con la cabeza en alto hacia
número que sabía de memoria. El
a observaban, sin comprender todavía la magnitud de lo que acababan de
ofrío. Por un momento, se arrepintió de haberla presionado ta
que la loca está fuera de nuestro camino, podemos ir
areció hueca, su petición, trivial. Pero apartó la
instante, su imperio habí
-