img El Amor Que Siempre Busqué  /  Capítulo 3 | 36.36%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1187    |    Actualizado en: 08/07/2025

rracho le hizo un comentario inapropiado a Eva, Damián no dudó ni un segundo, lo agarró por el cuello, lo estampó contra

mente por su amigo, y su única reacción fue una t

dolorosa y absoluta lo insignificante que

pregunté, mi voz un

e amplió, una sonrisa

pudiera oírlo, "Haré que te arrastres fuera de

cumpliría su palabra, me avergonzaría frente a mi padre, fr

no podía permitir que se metiera en una pelea por

o y la dignidad hech

n" , dije,

las miradas sobre mí, juzgándome, burlándose, me senté en el taburete,

spiré hondo, y ento

eñó, una nana sencilla y melancólica, era nuestra canción, o al menos, eso creía yo, en mi vida pasada, l

de piano en su casa, sus manos sobre las mías, su aliento en mi cuello, momentos

o se instaló en el lugar, abrí los ojos y vi a Damián, su rostro era una máscara ind

i comentarios, me leva

pá" , le dije

irnos, Damián me agarró del b

go" , dijo, su vo

amente me arrastró fuera del restaura

ada y los nudillos blancos sobre el volante, no me llevó a mi casa

amor que había preparado con tanta ilusión en mi vida pasada, cada m

y cerró la puer

, exigió saber, su voz era un t

, respondí, mi voz monótona,

buscara una grieta en mi ar

vez fue mi refugio y mi sueño, ahora solo me provocaba

que todavía tenía allí, fui al baño y recogí mi cepillo de dientes y mis cremas, entré en el es

er rastro de mi presencia, cortando el ú

, preguntó, su voz sonab

ndí sin mirarlo, "M

rigí a la puerta con

o en mi camino, bl

a una mezcla de frustración y confusión, "¿A qu

é a lo

convicción inquebrantable, "Ya no quiero nada de ti, solo quiero

su mundo de conveniencia y crueldad ya no era p

ono sonó

ntre la mía y la pantalla del teléfono, f

a hecha, siempre

estó el teléfono, su vo

o... No, no p

ara esquivarlo y salir del

a y los Mendoza, estaban reunidas en un salón privado de un hotel de lujo,

cruel y

, observando a través de la puerta entreabierta, vi a mis padres,

n, no, yo estaba esperando a alguie

Damián entró en el sal

lís, radiante, con una sonr

el murmullo de la conversación se apagó, todas la

n el silencio, "Quiero presentarles a Eva, le

vi la incredulidad y el horror en los rostros de mis padres,

la bomba que yo sabía que venía, y por primera vez en mucho

ulo acababa

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