n perfume de trabajo y honestidad. Llevaba todo el día en la taquería, "El Buen Sazón
chinga tenía un propósito: la fiesta de quince años s
ería que a Sofía tanto le gustaba. Solo faltaba liquidar el salón, un lugar elegante en el cent
Ricardo. Solo se cumplen qui
a su mamá que, según ella, había recaído de su enfermedad. Ricard
de la taquería. Yo puedo sola. Además, a
Dorada" para pagar el último adelanto. El lugar era impresionante, con candelabros de cristal y pisos de mármol que brillaba
n traje caro, la guiaba con una seguridad arrogante. La mujer, con un vestido rojo ajustado que parecía pintado sobre su cuerpo, se en
o más, curioso. Y entonc
vestido roj
cientos de kilómetros de distanc
ser una confusión, alguien que se le parecía mucho. Pero no, era ella. Reconocía la f
a Miguel, el exnovio de Elena, de quien ella siemp
ombre a su lado, sin quitarles los ojos de encima. "Dic
d, tratando de encontrar una explicación lógica, una razón que no le destrozara el mundo
guel se aferraba a la parte baja de la espalda de Elena, no era
, mientras los pocos presentes aplaudían. Ricardo sintió que la sangre le he
le
nó ronca,
sa se congeló. El color
¿qué... qué
lado, mirando a Ricardo con u
temblando de una ira que apenas podía contener. "¿Y tú?
zó una risa nerviosa y tomó a Rica
decidí volver para darte una sorpresa y de paso, checar los ú
a M
grafo. Nos está ayudando a monta
ano, con una sonrisa
lena me ha habl
ó la mano. Miró f
sorpresa
ban en público. Hacer una escena solo lo humillarí
e hablar. E
a máscara de inocencia. "Claro
Miguel en su nuca. Al salir al aire frío de la noc
tó Ricardo, su voz apenas un susurro
r completo. La esposa preocupada desapareció, r
más con tu desconfianza, con tus celos. ¿No puedo tener un ami
chaba. Ella le daba la vuelta a to
estaba enferma! ¡Te mentiste, Elena! ¡Est
divertido, siempre estás metido en esa taquería grasienta! ¡Y
do se convirtió en una certeza dolorosa. Ella no