nte caía sin parar, empapando la tierra y a León Lawrence,
ás de una
esos, pero no era peor que la
una copa de Malbec en la mano. Lo miraba como si fuera un o
Isabella. Su voz era tranquil
el frío. "No lo sé, Isabe
ent
él. "Mis hombres dicen que lo vieron hablando contigo cerca
León, con la voz rota. "Solo
sin calor. "No me gusta que
bolsillo. Tocó la pan
iente en la cama era Sofía, la hermana menor de León. La enfermera tenía la m
detuvo. El aire se le
.", s
a llamada. Eso es todo lo que se necesita. Admite que le dijiste a M
cara de su hermana en la pantalla, tan pálida y fr
carísimo para su enfermedad pulmonar crónica, una herencia de su inf
oca. Era la primera vez que le mentía así, admitiendo una culpa que no t
satisfecha. Gua
é fácil es cu
la sombra. El hombre asintió y se alejó, seguramente para
eciocho años y tocaba el bandoneón por unas monedas en una
Se detuvo, escuchó, y lue
en una estrella, pero en una estrella enjaulada. Abandonó su sueño de unirse a un
nuevo juguete.
e, orgulloso, indomable. Todo lo que León y
trás, cuando León notó su interés creciente. "Quiero ver cuánt
la. Ella aprendiendo a montar a caballo, riendo con Mateo. Ella en una peña fo
do de Mateo, un mundo que a Leó
u vino y dejó la c
burrimiento. "Pero que no se te olvide, Leó
ó en la casa, cerrando
e de pie, pero sus piernas no respondían. Se desplomó en e
as tosía, recordó un tiempo diferente. Un tiempo en el que Isabella lo miraba con ador
e sentía com
. Se quedó allí, en el suelo helado, solo con el son
convirtiendo en cenizas. Y por primera vez,
amaba. Quizás
ya no podía