a Arturo a mi estudio de nuev
tu familia se vayan de vacaciones por un par de
l sobre,
a, no e
a hacienda. No quiero que tú ni tu familia estén aquí cuando eso suceda. Vete, mantente a salvo. Y p
i rostro. Tomó el sobre, su
ona. Usted y el patr
Arturo. Ah
decir una palabra más
desayuno. Isabel ya estaba jugando en el
ormenta de nieve que anuncian los meteorólogos será la tapadera perfecta para ellos. Cuan
ando lo que le conté, asintió lentamente. El shoc
n prepararnos, Sofía?
con la
á demasiado tarde. Confía en mí. Necesitamos toma
café, su mirada
tienes e
a en un búnker. Reforzaremos la puerta, instalaremos un sistema de ventilación independiente y la abastecerem
como si hubiera
una locura. Costará una f
tanto, instalaremos persianas de acero en todas las ventanas y puertas del primer piso. Rodrigo, tú eres ingeniero. Sabes de sistemas, de seguridad. Necesito que di
ver la lucha en su rostro, la parte racional de él batallando
mano. "Por favor. Siento en mis huesos que esto
a fue el catalizador. Su
me encargo del búnker y la seguridad. Tú enc
ontratistas de seguridad y proveedores de materiales. Yo empecé a hacer mis propias llamadas, contactando a un equipo de con
egaban a la hacienda, llevé a Isabel al jardín. Me arrodill
ando de mantener mi voz ligera y alegre. "Es un juego
con sus grandes
se jueg
arto de juegos del sótano, ¿de acuerdo? Y una vez allí, tienes que esconderte en el armario y no hacer ni un solo ruido hasta qu
emente, tomando el
ré una maripo
su pequeño cuerpo era un recordatorio constante de lo que estaba en ju