como una lápida. Su mente era un torbellino de confusión y dolor. Necesitaba una explicació
, dos, tres veces. No cont
cesito hablar cont
llegó casi
i amor. Salgo tar
antalla. Recordó el bar al que Mateo iba a veces con su mejor amigo, Daniel, para "cerrar negoc
riendo a carcajadas con Daniel. No había ninguna junta. Solo ellos dos, bebiendo cerveza. Se escondió detrás de una
tragó el cuento?" , preguntó
ago largo de su
vador, su todo. No tiene a nadie más, así que se afe
a ahogar un grito. ¿Huérfa
? Digo, llevas diez años con
quede embarazada y nazca el bebé, la desapareceré de nuestras vidas. Le diré que el bebé murió. Ella se derrumbará, y yo estaré allí pa
e se usa y se desecha. Las lágrimas corrían por sus mejillas, calientes y amargas. El amor de su vid
hacia la salida, empujando a la gente sin ver. Llegó justo a tiempo a un callejón oscuro y vomitó con violencia. El áci
golpeó con la fuerza de un huracán. Las fotos de ellos dos en la pared, sonriendo en vacaciones, en fiestas, en momentos que ella creía reales. Los jarrones que ella había hecho con sus propias manos, llenos