contra el cristal con un sonido seco. La conversación que h
n idi
dinero de e
am
eva y extraña habilidad me había mostrado. El "0" sobr
gobernado mi vida durante una década, se negaba a aceptarlo por co
o, el licor quemándome la garganta. Mi mente, en c
. Parecía tan frágil, tan fuera de lugar entre el lujo y la arrogancia. Me contó historias de cómo la maltra
a familia Valencia y ahora luchaba por terminar sus estudios. Sin dudarlo, le ofrecí pagar su matrícula, su alojamiento, sus
rmedad cardíaca, me dijo. Los tratamientos eran experimentales y costosísimos. Cada mes, yo firmaba cheques con cifras ast
udando. Solo avivaba l
léfono sonó de
la otra parte, la parte fría y calculadora que acababa de nacer, me susurró que esperara. El
vez, para confirmar lo que ya sab
pon
, estoy tan asustada", su voz era un susurro
mi amor. Pero no te pre
aboreando mis sig
vo tratamiento de tu abuela y para que tú y Mateo estén tranq
blemente estaba revisando su cuenta bancaria. Lu
Eres nuestro ángel guardián! ¡Te lo juro, te
me nada, Camila. Lo
sabían a ceni
una dulzura venenosa. "Cuando todo esto pase, cuando recupere mi lugar en la sociedad grac
zanahoria que había persegui
horia no se veía apeti
Mañana hablaremos de cómo s
to de mi whisky. El fuego en mi p
e la ira forjá
Le había dado más cuerda
espectacular. Y yo iba a estar en prim