abeza punzant
tro de mi cráneo se estuviera reorganizando, como
tía fría contra mi piel. Miré a mi alrededor, a mi habitación,
, Alfredo, un hombre que había servido
ardo, ¿des
diferente. Sobre su cabeza, suspendido en el aire como un hol
de afec
to secundario de este extraño dolor de cabeza. Pero
ios signif
de noche. El nombre en la pantalla hizo que mi corazón diera un
Mi pro
o por una década de amor. Pero cuando mis ojos se posaron en su foto de pe
mbre, flota
que me hel
de af
e
ero negativo. Simplemente
s. No podía ser. Camila, mi dulce y tierna Camila, la mujer que me juraba am
la imagen. Esto tenía que ser un er
da, esforzándome
, mi
sollozos. Era el sonido que yo más odiaba en el mundo, el sonido d
iato, olvidando por un segundo
blas, Camila? ¿Qu
nza, que he manchado su apellido. Nos han echado a la calle, a m
ada, diseñada para activar mi instint
a. No te preocupes por nada.
emos quedarnos. ¡Ricardo, por favor, usa tus contactos! ¡Necesito volver! ¡Promet
mido que yo aceptaría sin dudar. Que movería cielo, mar y tier
amor. No te preocu
bía sido reemplazada por un frío glacial que se exte
a habilidad estaba equivocada. Quizás el estrés
apartamentos donde "su familia" vivía gracias a mi generosidad. Al llegar, subí la
ché voces en el interior. La voz de Camila, p
Ricardo ya cayó. Me acaba d
hombre, la de su sup
esta vez no funciona?
a y sin alegr
quede callada un mes. Dijo que su 'enfermedad terminal' necesita un nuev
erta, se quedó suspendida en el aire. Cada
mbién, una r
a, podremos mandar al diablo a todos. ¿Te imaginas? Tú y y
ame. Tenemos que practicar nuestras caras de
hé más.
n autómata, mi mente era un torbellino de imágenes y sonido
z a
de mi dinero, habían sido una fa
lado. El cajero automá
rando la nada. El dolor de cabeza había desapareci
anto anhelaba. La vida de luj
o
ía par
. Pero no iba a terminar con una simple ruptura. Ib
sería mi nue