ilusionada con nuestro futuro, y asistía a un sofi
ichael, con otra mujer, y a un rec
aición me inundaba, magnificado por la displicente
bía hablado con ella sobre las complicaciones de mi embaraz
exigiéndome que me fuera de su fiesta, mientras un blo
doble vida, diciéndoles a sus amigos que yo e
la escalofriante malicia de Serena alimentaron
el hombre que me había hecho dudar de mi cordura du
abogados, mientras él me daba la espalda, una nueva
e, fácilmente manipulable: una esposa razon
era una rendición; era una estrategia, una silenci
cabaría con esto y me aseguraría de que la farsa
a una sensación familiar, una que
hoy
és de lo
ras marcaba el número
ue respondiera, su voz calmada, en marcado c
pasa? Sue
abra era un nudo doloroso
a un silencio vacío. Era el silen
se supone que estoy fotografiando -mi voz se quebró
un torrente de incredul
taron como
usca ins
e repente como el hielo-. Lo sabía. S
e fueran, fueron un extrañ
plemente hormonal y paranoica
s -susurré, mientras las lágrimas por fin se libe
desesperación-. No te estás imaginando nada. Yo he tenido mis sospec
pies hubiera desaparecido. Mi mano fue a mi propio vientre,
tás, si puedes. No te enfrentes a él otra vez hasta que te devuelva l
za regresó a mí.
uerdo,
, eres fuerte. Más fuerte de lo que él cree. Más
que ella no
mada t
rly Hills; las decoraciones en tonos past
ofunda. Sí, eso
formarse, fría y dura,
vida. Esta no sería
ía como una tormenta que se