de su coche, sus manos recorrían mi espalda con una urgencia que me h
is labios; una sonrisa que él no
iez largos años, en este rancho de Jali
gítima de Don Ricardo Vargas, recog
ítima, la princesa del imperio tequilero, la
que ahora mismo me
a universidad prometedora, me quedé aquí, soportando
er paso de mi venganza, que mi
che, la far
a antes
e nadie los veía, se encon
usto donde quiero. La pobrecita cree que soy su salvador. La usamos
ón se me
manipulación, estab
igoló buscando poder a través de
ero duró poco, reempl
familia cenaba, fingí u
cho de Don Ricardo
nsolidar su poder, y a Diego asegurar que y
, caminando por el sendero de g
Diego para destruir a Sof
más oscuro, come
quitarle a Sofí
aba de aniqui
n a la barandilla de un centr
Don Ricardo por teléfono, amenaz
se de
ocho
escuché a Don Rica
corazón. Nadie sospechará. Era una
emos con Elena?" pre
ará su espíritu vengativo. La enterré al pie de la colina, donde todos pisan,
rió de un ataq
sesi
un acto
n amu
timiento, se cristaliz
ría, haría que dese
al pre
lamó a Do
o hijo, su nuevo he
l y a su madre sustituta, creyend
ODIO!" el grito
rdo la a
MADRE DE RICARDITO! ¡ACABAS D
mbra, la bastarda, vi cómo se
re, que me hizo un amuleto, qu
ra el
la dueña
trono, pero
de hadas donde la basta
penas la mitad
lena
ria apenas