Jr., a quien todos llamaban Ricardito,
, políticos, empresarios, todos sonriendo
vestido blanco, mi uniforme de "d
de que ella estuviera cómo
n, hasta que
de compras a Europa, pero todos sabíamos que e
estida de negro de pies a cabe
ia Don Ricardo, que sos
nito," dijo con una v
una carpeta
io más confiable te ha estado robando durante cinco años. Pero claro, est
elado cayó so
do se pus
se llevó una
ra acercarme a Doña Gua
a, finísima, que había comp
jido yo misma
le dije en voz baja. "Para que
ojos se suavizar
ias, E
!" la interrumpi
rrancándome la bufanda
manos? ¿O es que acaso le tejiste una bufanda con el mismo hil
edé h
Sofía?" preguntó Doñ
o carteando con Diego a tus espaldas. Intenta seducirlo, robarme
ión me quem
udiera responder, D
mera vez, vi una profun
cándalo? ¿Por celos? ¿En e
lda a Sofía y
da, Elena. Es preciosa
los invitados con
a veces es... apasionada. Por
daño est
dispersaron, Don Ricar
ra una másc
seó. "A humillar a tu f
humillan a mí prefiriendo a est
Z
resonó en to
a mejilla, con los ojos lle
el respeto. Aprende de Elena. Ella, al menos, sabe lo que es la gratitud. Ha rec
ota que derr
ó sobre mí como
o es tu cul
tiró del pelo, me e
i vestido se rasg
s, todos
esp
icatrices vi
ortes de navaja, cicatrices de lat
s peores momentos, cuando descargaba su
corrió a los pocos in
se tapó la bo
a distancia, dio un paso adelante, con una expr
mío, El
intentando cubrirme la
, aunque no lo estaba.
alma rota, parecieron golpear a
ardo, su furia hacia Sofía ahora t
ción de todos, pareci
ntirosa! ¡Se las hizo ella
adie l
irada d
lo interés o
era
pas
a un hombre que se cre
olor y mi humillación, una certe
ten
de usar a Diego, volv
a sería d
verdadera naturalez
e convertiría en su
lo esperara, le
icament
sería much
más do