mujer demacrada consumida por la enferme
e; su voz fría al teléfono me rechazó, just
ra sala me helaron la sangre: besos, risas, y
ropia prima, riendo mientras me ofrecía
mo si fuera una sirvienta, y me obligó a arrodillarme f
vida y mis sueños, que me culpó por su pasado,
ción cruel: morir en silencio para liberar a Julián de la culpa,
s víctimas de nuestras decisiones y terminamos dándono
to a la preparatoria, al día en que lo conocí por primera