cinco estrellas y el olor a d
o de zapatos italianos y la arrogancia
n jóvenes "exitosos", se movían por el lugar con la solt
sus conversaciones giraban en torno a sus viajes a Europa, sus nuevos autos
de esa misma escuela, me sentía co
rca. No era barato, pero en este mar de
i lado, sus miradas rozándome sin registr
el chico que limpiaba los pizarrones d
oz chillona rom
er! ¿Ricardo
aba a mí con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. Su vesti
í que... bueno, no im
. Creía que yo no per
el," respon
í se fijaron en mí, cargadas de una mezcla de curios
e Don Manuel,
hace
en lo i
un sabor amargo en la boca que había
todos, se abrió paso. Acababa de llegar de Harvard, o
sa burlona. "Ricardito, el genio becado. ¿Qué te trae por la
esonaron a
tulos de universidades de élite. Yo tengo mi diploma de Harvard enm
ra directa, dise
saqué un pequeño ob
un di
una
cado y un símbolo que ninguno de ellos podía
," dije, mi voz tr
oltó una
lave maestra del cuarto de las
n una lástima fingida que era
a, me miró con genuina preocupación, pero no se a
ojos llenos de burla, y un cans
é había
ltima vez el mundo que me había rechazado y
os, no entendía el verdadero significado del poder. S
cambio, la ha
una puerta que ellos ni si
ara mis adentros. "Tengo cosas m