por el que lo sacrifiqué todo, me pidió que me m
tamento, ese que yo había pagado con años de esfuerzo
ma, me dijo: "Mírate, Sofía. ¿De verdad
s que cualquier grito, m
s manos curtidas por el trabajo mal pagado, l
arada. Ricardo me presentó como "una vieja amiga", una hum
i a Valentina anunciar dramáticamente su embaraz
, la navaja más afilada gir
ijo con ella, mientras el nues
y mecánica resonó en mi cabeza, la vo
una oportunidad para es
nda opor
regalé la verdad más cruel: "Felicidades, Ricardo. Espero que seas m
mo golpe, m
... no hacia la caída, sino hacia la libertad, hacia una