cardo Vargas, un amor que me consumió, arquite
para construir, sino para demoler su rel
illaciones y el constante olor a otros perfumes.
fía en nuestra cama, y Ricardo me miró
entiendes? No interferencia. Tú
zado: "Y sobre todo, no vayas a en
nvertida en furia cieg
Oscuridad. Lo último que sentí fue una cálida pérdi
dolor. Mi vientre intacto. La prueba de
Una segunda
rreglarlo. Una oportu
hizo añicos. Me levanté, tomé mis cosas. De
las escaleras. Esta vez, iba