, Mateo! ¡
dura y fría. Mateo se sorprendió por un s
jo, sacando las cuerdas del paquete con
los necesito para mi audición. Devuélvemel
a una guitarra invisible con las cuerdas, estirándolas peligrosamente. "
a que estaba en el pasillo. Sobre la mesa había un metrónomo de madera antiguo, un regalo de la abuela de Santia
zos de madera y metal esparcidos por el suelo. Un dolor agudo,
o. "Yo... no fue mi
as por el ruido. Vieron a Santiago de rodillas, recogiend
Mateo?", gritó Sofía, corriend
édulo. "¿Qué le hice yo? ¡Él ro
ndose también del lado de Mateo. "No t
le pedí que no tocara", intentó explicar
si él fuera la víctima. "Es solo un objeto. Mateo está muy a
os miró a los tres, a su primo manipulador y a las dos chicas que una vez ll
final. Se sentó en el suelo, rodeado por las ruinas de su herencia, y supo, con una certeza absoluta, que estab
sus espaldas, lo excluían de las conversaciones y lo miraban con una mezcla de lástima y desdén. En una cena familiar, Sofía y Camila no dejaron de atender a
e preguntó a Santiago sobre sus planes futuros. An
ser una estrella de rock... folclór
alofriante: "A veces, para perseguir un nuevo sueño, tienes que quemar el viej
sus palabras. Pensaron que hablab