no por la tensión. Justo cuando mis dedos se posaron para t
a y Camila, mis supuestas "mejores amigas", riendo nerviosamente
de tocar con ella en Bellas Artes. Pero ellos se rieron,
tan sagrado. ¿Por qué mis amigos, mi propia familia, harían algo así
en un hospital, y la ira incontrolable me consumió. Mi sueño, mi vida, todo estaba en peligro por su envid