éxico era el sueño que había persegui
rio al anunciarse la beca de excelenc
nario, una voz chillona rompió la sol
o, intentando arrebatarme lo que era mío, alardeando d
ndose de mis ropas humildes, frente a la pasividad cómplic
gnidad y mi mérito con sus mentiras descaradas, sin saber que est
n mis labios: Era hora de enseñarles que no solo el dine