pero elegante edificio de oficinas en Polanco, ganó un premio local de arquitectura. Los medios la aclamaron como la nueva prodigio
seño había sido robado de un viejo proyecto de un profesor de la universidad, uno que Camila había "admirado" mucho. En mi vida anterior, y
unciarse. Su arrogancia era palpable. Dejó caer un fajo de papeles sobre mi es
sión. "Camila ha demostrado su valía. La empresa necesita
nes mayoritarias, una fracción de su valor real, a cambio de que yo desapareciera de l
Tómalo y retírate con dignidad. Viaja, compra ropa, haz lo que
. La rabia era un fuego helado en mis ve
as mujeres que financian tus sueños cuando no eres nadie? ¿A las mujeres que construyen la
es una semana para firmar. De lo contrario,
papeles de vuelta hacia él. "Mejor preocúpate por la tuya. Algo me di
credulidad. "Siempre tan dramá
y se fue, convenc
cibí una llamada. U
" dijo una voz gr
soy
aestro ha visto el diseño galardonado de su empresa y está muy interesado. Ha convocado
icana. Un hombre conocido por su genio, su integridad intachable y su aversión a la
taré allí," respondí, mi voz son
arte. La sala de juntas era imponente, con una larga mesa de caoba pulida. En la cabecera, se sentaba el M
fianza. Camila, con una mezcla de nerviosismo y orgullo
me observó durante
Su socio, el señor Ricardo, me ha informado que usted es una socia silenciosa. Una
nfante de Ricardo sin
dad. Su voz, llena de una fa
r supuesto. Pero el trabajo, la pasión, el diseño... eso viene de
ien asintió con ap
os ojos de encima a ella. Luego,
agregar? ¿Es usted simplemente...
r la lástima en algunas miradas, el desdén en otras. Ricardo y Camila me mi
tormenta que le había prometido a
el ojo de