e Bellas Artes, un lugar que imponía respeto y que esa noche estaba abarrotado de las figuras más influyentes del sector inmobiliario y la co
he era d
ocia mayoritaria de una empresa en crec
intenso que contrastaba con la sobriedad de la mayoría. S
? Pensé que se ca
zó. ¿Te imaginas? R
Qué raro. La nueva arquitect
icen que tiene a Ricar
sentía del todo pero que proyectaba con cada fibra de mi ser. Me serví una copa de
alir: "Mija, esta noche no eres la novia de nad
resonaban e
nrisa de un millón de dólares, y Camila, peg
mirada recorriéndome de arriba abajo. Había un mati
n, me permiten ciertos lujos," respondí
icidades por nuestro primer proyecto, Elena. Aunque, claro, e
so, Camila," dije suavemente, tomando un sorbo
aciló por un segundo.
nó él. "Camila es joven y brillant
la ambición desmedida," repli
ón, me tomó del brazo y me llevó a un rincón más apartado
sé a qué estás jugando. Rechazaste mi propuesta, pero insistes en esta
para ti?" pregunté,
o. Cásate conmigo. Olvidemos esta tontería. Te daré
e podía ser comprado con promesas vacías. En mi vida pasada, me habría
risa corta y
á en ser tu esposa. Mi valor está en mi cerebro, en mi trabajo y en las acci
carisma se resquebrajó, revelando al hom
esto sola, Elen
tú crees," resp
decidió intervenir, su vo
rostro, el genio. Una mujer necesita un hombre fuerte a su lado pa
oven e inocente pasante
e que la que no entiende algo aquí eres tú. Te aferras a Ricardo como si fuera tu única ta
mi voz bajó a un susurro que
ción. Pero ten cuidado. Los diseños que se construyen sobre cimientos robad
ntados en medio del salón. Vi el destello de miedo en los o
la primera semi
estaba co