edes de mi pequeño departamento, un recordatorio constante de mi fra
exicana, ahora era solo una sombra de lo que fue, vendiendo quesadil
e lo l
l Chakal"
socio. El ladró
s, mezclando el legado de mi abuela oaxaqueña con ideas modernas que
e él ahora v
rtura, pero no podía evitarlo. La pantalla se iluminó con el rostro d
flamante food truck. El logo era un chile estilizado con una corona, y
lChakal_Oficial! ¡El food truck número cinco ya está en las cal
entes felices comiendo mis moles, mis tlayudas, mis salsas machas. Las recetas que mi
y Valentina orquestaron una campaña de desprestigio en mi contra. Me acusaron de fraude, de querer colg
u sonrisa era forzada, sus hombros estaban tensos mientras Carlos la abrazaba para la cámara. Había algo en su mirada, una somb
quietud. Solo sentía el fuego de l
miné hacia la única caja que no había desempacado de
o, estaba el tesoro de mi familia.
el olor a canela, anís y papel viejo llenó el aire. Mi abuela, una matria
posa y llena de sabiduría. "Aquí está el secreto de nuestro s
itas con su caligrafía elegante. Recordé sus manos, siempre moviéndose corgura, sentí una chispa. Una determinación de acero. Este libro no
etas que ya conocía, sino los secretos, las combinaciones, la filosofía detrás de cada platillo. Mi
entras despachaba una orden de quesadillas de
Ca
ropa de diseñador y flanqueado por dos de sus
aquí. La gran chef Sofía Romero",
o el pedido, mis manos moviéndo
las ideas? ¿O es que sin mí no pue
te del mercado empezó a mira
rlos", dije en voz
su rostro demasiado cerca. Olía
ompetencia. Aunque, para ser honest
canasta llena de jitomates frescos. Cayer
ran los jitomates orgánicos que
te a los ojos. Mi voz salió firme, cl
ógel
dido por un segundo. Lu
¿Crees que
í, y esta vez, mi voz no temb
en mis ojos, algo que no era la Sofía dulce y rota que él había d