pre estaba demasiado frío, recordándome
el dueño, quien de pronto invadía mi espacio con su perfume y su arrogancia, exigiendo in
na dulzura fingida, derramó café ardiente sobre mi laptop – un "acc
se desvaneciera por la traición de David, mi prometido, y la descarada ambición de Vale
del fideicomiso de mi abuela y saqué mi disco duro externo, llamando a m