l final de la calle. Cuando terminé de recoger has
la," dijo el hombre, c
í sintió una chispa de esperanza. Tal vez quería
asiento trasero, la ventana baja, un cigar
e,"
levó a su penthouse, el lugar que una vez habíamos soñado co
ró alrededor de mi cuello, apretando, no lo suficiente par
seó, su aliento a tabaco en mi cara. "
llegaba a mis pulmones. El pánic
," apretó
ue ser perfecta. Tenía que ser la mujer de
ntorsionó de ir
na pequeña cicatriz descolorida, justo debajo de
e repente más baja, más peligrosa.
guardia en el centro, con un cigarrillo, por negarme
rzando una sonrisa coqueta. "Y
garganta y me arrojó a la cama. Se cernió sobre mí, sus ojos os
que es un amant
estaba débil por la enfermedad, mi espíritu agotado por años de abuso. Y en el fondo, una p
un acto de posesión, de castigo. Mientras se movía
ría y cortante. "Nos vamos a casar. Ella
La palabra resonó en el vacío de mi ser. Él tendría una familia. Una v
ió en silencio. Me quedé en la cama, desnuda y temblando
ana tienes que ir a la joyería a recoger el anillo
e había violado y humillado, ahora quería que fuera la encargada de los prepa
o sordo del dolor en mi corazón. Me metí en la ducha, dejando que el agua caliente cayera so
letras grabadas con una aguja improvisada durante mi encierro. Una palabra que me
jan
me, para recordar que mi sufrimiento tenía un propósito: su salvación. Ahora, al ver ese nombre, sentí una olead